¿Crees en el amor a primera
vista? Es un topicazo, pero sí, me enamoré de un flechazo, y muy jovencita.
Tenía doce años, estaba en sexto de primaria y apenas sabía que era eso de
interesarme en chicos. Entonces apareció él, ‘Pon ‘T’ al Loro’ se llamaba, una
publicación trimestral de mi colegio. Como había falta de colaboradores en la
E.S.O, nuestro tutor nos ofreció participar. Me pareció una buena idea, no
sabía lo que me venía encima. Yo, aquella chica que se negaba a mirar los
informativos de televisión tildándolos de aburridos; la niña que los sábados
noche persuadía a sus padres para que no dejaran la televisión en Informe
Semanal, y repelía la radio que no emitiera música a todas horas. Esa zagala
(como decimos por Murcia) comenzó a cambiar hasta que un día dijo a su madre: "Mamá, yo quiero ser presentadora del Telediario de las 21h en TVE". Parece que una vocación estaba mostrándose, no
sabemos si para bien o para mal. Pero esa chica y su ilusión iban contando sus
planes de futuro a todo aquel que se atreviera a preguntar, y los convencía, la
niña les hacía creer en ella.
Esa llamita que se encendió con 12
años ya nadie podía apagarla. Incluso cuando estaba en la ESO y le frustraba
sentarse a empollar, cuando llegó a bachillerato y sufrió una gran decepción
académica por no haberse aplicado los años precursores, cuando la cuesta de la
secundaria se le hacía más insoportable, la llama seguía encendida, le
iluminaba el camino, le animaba a levantarse por las mañanas y no tirar la
toalla. Tras lágrimas, desesperación, resoples y esfuerzos, consiguió llegar a
la universidad; ¿la carrera elegida? Bien sabrá ya la respuesta.
Pues no había un solo día en que
la chica, ya un poco más crecida, no sonriera por poder estudiar lo que años
atrás eligió. Por cultivarse en la materia y absorber cada pequeño resquicio de
conocimiento. Su madre cuenta que veía a
su hija “resplandecer de felicidad”. Pero la ambición iba a más. En el último
curso, tras pasar un año de Erasmus en Francia, aunaba las clases con el
tedioso trabajo final de grado, escuela de idiomas, prácticas en un gabinete de
comunicación para, como decía: “saber qué es eso”; colaboraciones los fines de
semana en la radio de su pueblo, y la experiencia que más ha disfrutado hasta
el momento, prácticas en Cadena COPE. En esta emisora le dieron la oportunidad,
y tras insistir un poco, de ayudar a cubrir la huelga general del 29 de marzo
de 2012. Como si de una profesional se tratara, aquel día se despertó a las 5h
de la mañana para plantarse en las puertas de LatBus, la empresa de autobuses
que daba servicio a la Región. Allí hizo tres conexiones en directo para el
informativo regional de COPE Murcia. Ese día se sintió periodista.
Han sido muchas las aventuras que
han venido después, pasando por un gabinete de comunicación, el cual decidió
dejar para marcharse a una radio francesa. Una radio que confió en ella y le
dio la oportunidad de hacer una emisión en directo (en francés, claro está),
desde el Parlamento Europeo de Estrasburgo, y con entrevista a Eurodiputados.
Ahora la joven ha vuelto a su
tierra, la llama sigue encendida, pero el ánimo decae. Han sido muchas
experiencias vividas, pero pocos los contratos firmados, las oportunidades
reales de trabajar, de conseguir eso con lo que tantas veces ha soñado. Ahora
se dispone a estudiar marketing porque, “tiene salidas”, balbucea auto
convenciéndose mientras una lagrimilla se le escapa al pensar que se está
alejando de su sueño.
Entonces enciende la tele, pone
la 1. Son las 21h, el Telediario, y aparece un rostro familiar desde New York.
Almudena Ariza entra en acción. Entonces, esta niña, ahora mujer, dice: “Eso quiero ser yo”.
María José, me ha gustado mucho.