Tras madrugar, tres cuartos de hora para Alicante y 10 minutos en la cola para facturar la maleta cogí el avión, a las 9.10h, como estaba previsto, dirección Basel-Mulhouse-Freiburg. Después monté en tres trenes diferentes y me planté en Besançon donde me esperaba el sonriente Thierry (del centro juvenil regional) que me recibió, junto a los cerca de 30 grados que hacía, y me llevó a la residencia donde no tenían prevista mi llegadas hasta 3 días después, aunque se solucionó fácilmente.
Me encargué de la tediosa tarea de deshacer las maletas, llenas de esperanza y muucha ropa, y me dirigí a la cena, a eso de las 19.30h. Suerte la mía cuando escucho a dos chicas hablando español: una catalana y una noruega, con un acento mejor que el mío, me uno a ellas y me ponen al día de lo bueno y lo malo de la residencia y la ciudad. -No te creas que este buen tiempo es habitual, aquí tuvimos frío hasta principios de julio -, me dicen. Ya me lo temía.
Cansadísima del largo viaje tenía pensado descansar, pero surgió el plan de ir a un parque a la orilla del río, cerca del centro -¿te apuntas?- me preguntan, -bien sûr! Nos juntamos un alemán, un peruano, un francés, la noruega y yo, no es un chiste, y como salido de una postal nos sentamos a la orilla del río brindando y bebiendo vino alemán. También nos acompañaba una agradable brisa, los patitos nadando y el rugir del agua que nos apaciguaba. Acabado el vino fuimos al irlandés (el local más barato) en la Place du 8 Septembre para tomar una bière! Se sucedieron muchas risas, historietas y cervezas hasta que decidimos, a eso de la 1.30h, volver al FJT Les Oiseaux, mi residencia. La luna llena nos iba guiando el camino.
Me encargué de la tediosa tarea de deshacer las maletas, llenas de esperanza y muucha ropa, y me dirigí a la cena, a eso de las 19.30h. Suerte la mía cuando escucho a dos chicas hablando español: una catalana y una noruega, con un acento mejor que el mío, me uno a ellas y me ponen al día de lo bueno y lo malo de la residencia y la ciudad. -No te creas que este buen tiempo es habitual, aquí tuvimos frío hasta principios de julio -, me dicen. Ya me lo temía.
Cansadísima del largo viaje tenía pensado descansar, pero surgió el plan de ir a un parque a la orilla del río, cerca del centro -¿te apuntas?- me preguntan, -bien sûr! Nos juntamos un alemán, un peruano, un francés, la noruega y yo, no es un chiste, y como salido de una postal nos sentamos a la orilla del río brindando y bebiendo vino alemán. También nos acompañaba una agradable brisa, los patitos nadando y el rugir del agua que nos apaciguaba. Acabado el vino fuimos al irlandés (el local más barato) en la Place du 8 Septembre para tomar una bière! Se sucedieron muchas risas, historietas y cervezas hasta que decidimos, a eso de la 1.30h, volver al FJT Les Oiseaux, mi residencia. La luna llena nos iba guiando el camino.
Desde mi ventana |
¡¡Menudo recibimiento!! Espero que sigas poniéndonos al día de tu vida allí :) SUERTE!!