Tiovivo de la plaza del 8 de Septiembre |
Una nueva y pequeñita ciudad rodeada de montes y vegetación me ha acogido, Besançon. Ahora me encuentro en el este de Francia, a unos pocos kilómetros de Suiza, en una región que, no hace tanto, perteneció a los españoles. Una nueva fase en mi camino es la que me ha traído hasta aquí. Desde ahora y hasta navidad conviviré con los bisontines (los habitantes de Besançon) y llegaré hasta ellos a través de la radio ¡¡ese maravilloso medio!! …
Y ahora, a lo que me concierne, ya llevo casi tres semanas aquí y quoi de neuf?, qué hay de nuevo?
Vamos por partes. Me hospedo en un ‘Foyer’ (hogar) para estudiantes, jóvenes desempleados y gente en riesgo de exclusión… vamos, que su fin no es lucrativo, y quitar las telarañas tampoco es su fin, porque haber hay, y muchas!! Está claro que no es el Rich, pero está bastante bien, tengo mi habitación individual con baño propio y cuenta con un restaurante en el que, si haces bien los cálculos, puedes comer por poco más de 3€ al día. Lo negativo es que está a unos 20 minutos a pie del centro, pero eso me lleva a hacer ejercicio, caminar o coger una bici son dos buenas opciones. Algo muy bueno de este lugar es lo abierto que está todo el mundo a conocer gente nueva, ya sea local o extranjera. Así que, de momento, estoy encantada aquí.
Por otro lado, acabo de comenzar un curso de francés que me hace levantarme todas las mañanas a las 7, aunque lo sobrellevo porque estoy viendo los progresos. Estoy en la clase B2.4, todo un logro para mí sabiendo que cuando volví de Erasmus tenía un B1. Lo mejor del curso es la variedad de gente de diferentes países con la que te puedes encontrar y las actividades que organizan (teatro, paseos en barco, soirées…).
Y la ciudad… bueno, creo que eso queda para otros post!!
À plus!!
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