:: Diario de a bordo ::

Saltando frente a la Sagrada Familia

Llegar a casa, respirar, sentirte reconfortado, a salvo, y planear el nuevo viaje.

¿Por qué viajamos?

Hay miles de respuestas, a mí se me ocurren 5:

1. Conocer nuevas culturas y tradiciones: Quiero saber si les gusta el jamón, o si para pasar un buen rato se toman una cervecita con los amigos, o quizás si son más de cortinas gruesas o una buena persiana…
2. Ver como son otros lugares: ¡¡¡Agua!!! Tienen mucha agua (Típica expresión de murciana en cualquier lugar que posea más agua que el Segura). Descubrir las maravillas del lugar y sobre todo la característica que lo hace destacado. En mi viaje por Barcelona encontré la ciudad condal muy española (a pesar del Catalá y la multitud de guiris), o al menos del español mediterráneo que yo tengo asimilado. Mucha cultura de barrio, de bares pequeños, terracitas, y tender la ropa en el balcón, de pasear por la calle o ir a la playa un día soleado…!
3. Saber de primera mano si ese lugar es tan bueno o tan malo como lo pintan. ¿Me responderán los catalanes en su lengua si les pregunto en español? ¿Tiraré un euro al suelo y se matarán por recogerlo? … y toda esa serie de clichés que no encontré por más que doblara esquinas.
4. Encontrarse a uno mismo. Descubrir lo que tengo, lo que hay fuera y lo que podría conseguir si junto ambas partes…
5. Disfrutar: Porque no hay nada mejor que pasear como un niño diciendo -¡Halaaa!- con cada nuevo hallazgo, y quedarse boquiabierto.

Esas son mis prontas 5 razones por las que viajamos y es necesario viajar. ¿y las tuyas?

Delante del Arco del Triunfo de Barcelona