Anoche estando en la habitación de Elena, escuchamos unos berridos. De forma muy ficticia, cuando nos callábamos no oíamos nada y cuando volvíamos a hablar los oíamos de nuevo. Yo comencé a reír ante las caras que ponía Elena y pasé un poco del tema pensando que sería cualquier ruido proveniente de la calle de atrás.
Más avanzada la noche, yo continuaba despierta, no por la intriga que aquel ruido me suscitaba, no, sino porque debía realizar tareas que hace todo buen universitario. Me acosté bastante tarde consciente de que tenía menos de 5 horas para reponerme… en fin. Y de repente un fuerte estruendo me despierta, nada parecido a lo que antes habíamos podido escuchar. Era la caldera, que parece ser, que cuando trabaja mucho truena como cuando viene el tren de Harry Potter, ese que se coge en el anden 9 y 3/4. Ya os hacéis una idea. Y tanto ayer como hoy, trabaja muchísimo ya que estamos entre 1º y 8º, que se dice pronto.
Esta mañana necesité Dios y ayuda para levantarme de la cama… con ese sueño tan bueno, irrumpido ¡¡¡2 veces!!! por la caldera. Estaba para el arrastre, casi casi. Pero era optimista. Cojo el móvil, pongo la música, que me anima y me ayuda a despertar… hasta ahí todo bien. Lo raro ha venido cuando he subido la persiana y he encontrado: uno, dos y ¡¡tres!! corderos en el jardín de atrás… entre una espesa niebla. Yo casi flipando pensaba, de verdad, de verdad, que aún no había despertado del todo… (Eso explica los berridos que escuchamos por la noche)
De ahí el título surrealista de esta entrada…
Los corderos estaban en el jardín de mis vecinos. Ellos son musulmanes y están celebrando la “fiesta” de El Hajj. Esta es la que conocemos todos popularmente como la “Peregrinación a la meca”. En ella se llevan a cabo varios rituales como el de hacer el sacrificio de un cordero en recuerdo del que sacrificó Abraham en lugar de su hijo.
Pasado el primer susto y lista para marchar llega Elena. –¿Vamos?. Oui… Pero, ¿¿Dónde están las llaves??. Eso nos hemos estado preguntando los 5 minutos que hemos llegado tarde porque hemos estado buscando las dichosas llaves. Pero la gran cuestión es ¿¿Como se pueden perder 3 llaves en un llavero amarillo en una habitación de 10 metros?? jaja… La historia ha tenido final feliz y las he encontrado.
Al salir a la calle se nos helaba el aliento y, además, yo creo que si nos para la policía nos multa por no llevar algún chaleco reflectante para que se nos pudiera distinguir ya que no se veía nada más allá de 200 metros!! Una niebla intensa lo cubría todo.
Nuestro juego, de camino al metro, era: “Adivina la marca del coche” porque era realmente un desafío ya que no se apreciaba hasta que no lo tenías a 10 metros.
De todo hay que sacar el lado bueno, y a pesar de que este no es todo el frío que va a hacer, nos hemos reído un rato cuando, de nuevo, Elena decía: –Ahora aparecerá Bertín Osborne y dirá: A continuación María José se convertirá en…
Un día entretenido, entre otras cosas.
jajajaj que sepas que Bertin Osborne también iba a salir a promocionar su aceite y el jamón Navidul!! Muy interesante la entrada, sobre todo porque ahora le he encontrado la explicación a los corderitos de detras de la casa.